lunes, 25 de marzo de 2013

Suministros aéreos en al Alzamiento de Varsovia

El 1 de agosto de 1944 ante la inminente llegada de las tropas soviéticas el Armia Krajowa se lanzó a la reconquista de su capital en un intento de establecer una posición política que impidiese a Stalin hacerse con las riendas del país, como luego pasó finalmente.
Rápidamente las unidades polacas se hicieron con amplías zonas de la capital pero otras permanecerían en manos alemanas y lo que se suponía una breve batalla se convirtió en un pulso donde los insurgentes intentaban resistir y mantener sus posiciones frente a los cada vez mas duros ataques germanos. Las unidades del Armia Krajowa habían planteado luchar por la ciudad un par de días no más de cuatro y a cada jornada que pasaba sus problemas de falta de suministros, (especialmente armas contracarro) se hacían mas acuciantes.

Intentando paliar esta situación rápidamente el gobierno polaco en el exilio organizó un sistemas de lanzamientos de suministros, con la ayuda de los ingleses, utilizando los aparatos del 1586º escuadrón de la PAF estacionado en Bari y Brandisi. Ante la insistencia de los polacos, los británicos se unieron a los lanzamientos con los Liberators basados en Foggia de los escuadrones 31 y 34 de la SAAF y los Halifax de los escuadrones de la RAF nº 148 y 178. Estos vuelos continuaron con más o menos frecuencia hasta el 21 de septiembre contabilizándose el lanzamiento de unas 104 toneladas de suministros.
 
Liberator 1586º escuadrón de la PAF
Durante los vuelos uno de los principales problemas con los que se encontraban las tripulaciones aliadas era el largo trayecto que les llevaba desde el sur de Italia a Varsovia, limitando el peso de la carga que podían transportar y el número de salidas. Paradojicamente, el territorio ocupado por las tropas soviéticas y susceptible de ser usado como base para los aviones se encontraba al otro lado del Vistula, con lo cual de ser usado, se podría reducir el tiempo de vuelo a menos de una hora e incrementar los lanzamientos de una manera más que significativa, incluso, disputando el espacio aéreo a la ya muy debilitada Luftwaffe.

No obstante y atendiendo a razones puramente políticas, la Unión Soviética denegó la autorización para el uso de sus aeropuertos o espacio aéreo, refiriéndose el 22 de agosto a las tropas polacas como “un puñado de criminales”.
 
PIAT lanzado en paracídas
Viendo el limitado éxito de los escuadrones implicados las autoridades polacas dirigieron sus esfuerzos diplomáticos a los norteamericanos. El 6 de agosto el embajador de Polonia solicitó al Teniente General McNarney que presente una petición urgente del presidente de la república con los suministros y necesidades de los combatientes del Armia Krajowa. El escrito urgía por la autorización del general Eisenhower al incremento de los envíos y la participación de sus aparatos en los vuelos sobre Varsovia. Como respuesta el 7 de agosto la Junta de Jefes del Estado Mayor declaró que " el Embajador de Polonia debe ser informado que su apelación tiene la mas favorable consideración y que el asunto ha asido remitido al CCS (CombinedChiefs of Staff). Como anexo se señalaba que dada la responsabilidad británica en el equipamiento de las unidades poalcas debía ser la sección británica del CC2, (British Chiefs of Staff) quien se encargara de transmitir la propuesta.

En otro frente de presión diplomática, tras las objeciones de Stalin, Churchill telegrafía a Roosevelt, mucho más conciliador, responde el 26 de agosto:. "No considero que sea ventajoso dada la perspectiva de una guerra larga unirme a ti en este “mensaje” al tío Joe”.

Aunque la defensa aérea alemana sobre el área de Varsovia era casi inexistente, alrededor del 12% de los 296 aviones que participaron en las operaciones se perdieron al sobrevolar 1600 Km de territorio enemigo en unos terroríficos viajes de ida y regreso. En cuanto a su efectividad, la mayoría de los lanzamientos se hicieron durante la noche, a no más de 100-300 pies de altura, con la consecuente baja precisión que dejó muchos de los paquetes lanzadas en manos alemanas.
 
 

El 13 de septiembre, tras mas de un mes de combates, los soviéticos iniciaron sus propios lanzamientos. Inicialmente estos suministros fueron arrojados en contenedores sin paracaídas que provocaban graves daños en el armamento. Durante las siguientes dos semanas, las Fuerzas Aéreas soviéticas realizaron 2535 misiones con pequeños aparatos tipo Polikarpov Po-2, hasta el 28 de septiembre.

El 18 de septiembre finalmente se consiguió el acuerdo con las autoridades comunistas y 110 B17 de la USAAF pertenecientes a la 8ª Fuerza Aérea dentro del marco de la operación Frantic salieron de Inglaterra con 1248 contenedores en sus bodegas. Sobrevolaron Varsovia a pleno día dejando en manos de los insurgentes unos 250 repletos de material. Tras aterrizar en zona rusa, se aprovisionaron de bombas y combustible dirigiéndose a Italia. Durante la ruta se aprovecho el viaje de retorno para bombardear unas instalaciones ferroviarias en Budapest.
 
Insurgentes del AK contemplan los lanzamientos americanos
Hubo una gran presión en círculos del alto mando aliado para aprobar una segunda misión por parte de la USAAF. El Primer Ministro Polaco en el exilio,  Stanisław Mikołajczyk, llamó a Churchill para que apelase nuevamente a Roosevelt. Sin embargo, a pesar de dar el permiso para su realización nunca se llegaría a producir, Stalin se negó formalmente y la ciudad se rendiría el 3 de octubre de 1944.
 
Se estima que la RAF y la SAAF perdieron un aparato por cada tonelada de suministros entregados, siendo un total de cuarenta y un los aviones aliados destruidos de los 306 enviados. En 1992, 67 ex miembros de las escuadrillas 31 y 34 fueron galardonados con la Cruz Polaca del Alzamiento de Varsovia por su papel en apoyo de la sublevación.
 
Como todos sabemos, finalmente está ayuda quedó en nada debido a que los rusos se tomaron un tiempo demasiado precioso como para que los alemanes se rearmaran, reorganizaran y aplastaran, con una brutalidad, inusitada, toda la ciudad. De esta manera, los rusos consiguieron que la mayor parte del trabajo sucio de acabar con la resistencia polaca fuera realizado por los nazis, teóricamente sus enemigos. Cuando reanudaron la ofensiva, no encontraron resistencia en el frente y por supuesto en la Armia Krajowa. El Comunismo se instauro en Polonia hasta la caida del muro de Berlín.
 
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