“El gobierno tuvo que elegir entre la guerra y la vergüenza. Eligieron la vergüenza. También obtuvieron guerra”. Churchill.
La historia del siglo XX es vital para conocer mejor el siglo que vivimos: el siglo XXI.
Mostrando entradas con la etiqueta guerra. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta guerra. Mostrar todas las entradas
lunes, 30 de noviembre de 2020
martes, 21 de febrero de 2017
Cita con la historia
"La política es casi tan emocionante como la guerra y no menos peligrosa. En la guerra podemos morir una vez; en política, muchas veces".
Winston Churchill (1874-1965) Político británico.
jueves, 16 de febrero de 2017
Cita con la Historia
"El deber de un soldado no es sino llevar su uniforme y matar al enemigo".
('Doce del Patíbulo', 1967)
Te interesa tyodo lo relacionado con el mundo militar, las Fuerzas Armadas españolas. ¿Quieres ser militar de carrera?
Fuerzas Armadas de España - ALÍSTATE
Etiquetas:
cine bélico,
cita,
citas bélicas,
EEUU,
fecha,
guerra,
historia,
Hitler,
película,
película bélica,
Segunda Guerra Mundial,
SGM
Ubicación:
Madrid, España
Berlín tras la SGM en color (Fin de la Segunda Guerra Mundial - 1945)
Imágenes inéditas de la Segunda Guerra Mundial a todo color, el fin de la batalla , en una grabación estupenda, que muestra la cruda realidad. ¿Quieres revivir el fin de la guerra en Europa?
Montado por Kronos Media, el material de archivo tiene 70 años, pero al estar a color parece mucho más cercano en el tiempo -y por tanto resulta más estremecedor si cabe.
Berlín tras la batalla y la SGM
DMAX te lleva a esa época en color
Montado por Kronos Media, el material de archivo tiene 70 años, pero al estar a color parece mucho más cercano en el tiempo -y por tanto resulta más estremecedor si cabe.
Berlín tras la batalla y la SGM
DMAX te lleva a esa época en color
Etiquetas:
batalla,
Berlín,
cine bélico,
Fin,
General,
guerra,
Guerra Fría,
Hitler,
militar,
Segunda Guerra Mundial,
SGM
miércoles, 12 de junio de 2013
Los documentos encontrados de Alfred Rosenberg
Hallazgo de documentos de Alfred Rosenberg
Recientemente se ha anunciado el descubrimiento de 400 páginas de los diarios de Alfred Rosenberg, uno de los principales ideólogos del III Reich y ministro de los territorios ocupados en el este de Europa. Millones de civiles fueron asesinados, esclavizados, represaliados y encarcelados bajo su mandato. Tras la guerra Rosenberg fue juzgado en los juicios de Nuremberg (1945) y ahorcado (1946).
Alfred Rosenberg (codoh.com).
Sus diarios fueron sacados de Nuremberg y llevados a EEUU a escondidas por Robert Kempner, uno de los fiscales. Posteriormente utilizó algunos extractos para sus memorias. Tras su muerte en 1993, la familia cedió varias cajas con documentación, pero varios cientos de páginas no aparecieron hasta ahora. Estaban en la casa de un academico relacionado con la secretaria de Kempner.
domingo, 5 de mayo de 2013
jueves, 2 de mayo de 2013
La Batalla de Berlín
La Segunda Guerra Mundial vivió una de sus últimas batallas en Europa, la derrota era inevitable para el III Reich, ya no le quedan aliados, apenas producen material bélico y las reservas de combustible están bajo mínimos. No hay casi nada de lo que fue la Kriegsmarine ni la Lutfwaffe. El ejército rojo se dirige hacia Berlín imparable y lo más rápido posible para capturar la mayor riqueza y tecnología posible. Hitler enajenado completamente ordena contraataques imposibles y misiones suicidas en la que se pierden miles de vidas alemanas. No obstante los alemanes luchan con todas sus fuerzas cegados por el fanatismo y conscientes de las ganas de venganza del ejército rojo.
- Guerra: II Guerra Mundial.
- Guerra: II Guerra Mundial.
- Batalla: La Batalla de Berlín.
- Fecha: 16 de Abril de 1945 - 2 de Mayo de 1945.
- Lugar: Berlín, Alemania.
- Resultado: Victoria Soviética y fin de la guerra en Europa.
- Clave: Declive alemana, inferioridad en numero, armamento y suministros.
Beligerantes | |
---|---|
Alemania | Unión Soviética Polonia |
Bajas:
- Alemania: Soldados: 50.000 muertos y heridos, 134.000 prisioneros, Civiles: 152.000 muertos.
- Aliados: 81.166 muertos, 280.251 heridos 1997 vehículos y 917 aviones.
El intenso avance hacia Berlín por parte del ejercito rojo hacia ver la incapacidad alemana para frenarlo a pesar del empeño de sus hombres. Cada vez tropas menos experimentadas e incluso sin apenas entrenamiento eran incorporadas a las filas alemanas, la falta de recursos humanos en el ejercito alemán era visible. El 20 de Abril cumpleaños de Hitler, la artillería rusa alcanzaba Berlín. Hitler planteo otra de sus estrategias imposibles, según la cual se debería envolver al frente norte del ejército soviético algo que resultó imposible. Dos días mas tarde Hitler por fin comprendió que todo estaba perdido. Tropas alemanas y civiles que se encontraban al oeste de Berlín, decidieron entregarse a los estadounidenses con el fin de evitar caer en manos soviéticas. El día 24 Berlín estaba totalmente sitiada, era casi imposible salir de la ciudad para cualquier soldado o civil alemán.
Ya solo quedaba ocupar la ciudad, esta era defendida por todo tipo de hombres: ancianos y niños, desde las juventudes hitlerianas, hasta veteranos de la I Guerra Mundial, pasando por ancianos, policías, mujeres, divisiones aisladas de la Wehrmacht y unidades de las SS. Puntualizar que la Legión Azul española también estuvo representada incluso hasta el final de la batalla en el bunker del propio Hitler. La ciudad debía ser tomada casa por casa, aunque para facilitar las cosas se bombardeaban con artillería y aviación los edificios y se barrían las azoteas con ametralladoras. La lucha se desarrollaba principalmente en los edificios, las calles eran evitadas en la medida de lo posible, y el metro de Berlín se convirtió en la salvación para muchos civiles, aunque hubo alguna matanza. Hay alguna inundación de zonas del metro.
El día 27 de Abril los alemanas solo conservaban el centro de la ciudad, y un día mas tarde los rusos llegaban hasta las cercanías del Reichstag cerca ya del bunker en el que se alojaba Hitler (donde pasó los últimos meses de la guerra), allí los combates seguirían la tónica de toda la batalla, cada edificio costaba vidas para ambos bandos y a medida que aumentaba la presión rusa a las fuerzas alemanas, estas más a fondo se empleaban. El día 29 de abril, los rusos comienzas a ocupar posiciones por del centro de Berlín. Hitler por su parte había mostrado su voluntad de no abandonar Berlín, algo a esas alturas imposible y se casa en el bunker con Eva Braun.
El ansia de las tropas rusas y la disputa de sus generales que dirigían diferentes frentes, por la gloria de la victoria ralentizan algo el avance soviético, el día 30 continúan los ataques, Hitler y su esposa antes de ser apresados se suicidan al igual que muchos generales alemanes en el bunker y sus cadáveres son quemados. Las tropas soviéticas alcanzan el Reichstag donde se libran fieros combates durante horas, la noche del 30 los soldados rusos consiguen izar una bandera en lo alto del edificio, pero la resistencia alemana continuaría hasta el día 2 de Mayo cuando cayeron las ultimas unidades defensoras que aun aguantaban en alguna sala aislada. El general Hans Krebs es enviado para negociar una rendición, pero los soviéticos tan solo aceptan una rendición incondicional.
Con todo perdido la mayoría de defensores de Berlín a los que se les unieron varios miles de civiles, intentan huir para rendirse en zona americana pero, la mayoría de ellos son abatidos o capturados. Tan sólo logran llegar unos pocos cientos a su objetivo. El día 2 de madrugada los rusos asaltan la Cancillería del Reich y ese mismo día a las 8:45 horas se acepta la rendición alemana de Berlín aunque no seria hasta el 8 de Mayo cuando el alto mando alemán se rinde de manera incondicional en todos los frentes. La II Guerra Mundial que había supuesto el mayor desastre de la historia de Europa había llegado a su fin.
Tras la batalla los soldados soviéticos se dedicaron a calmar sus ansias de venganza por el trato sufrido por las fuerzas alemanas en el frente del este, y más de 100.000 mujeres y niñas fueron violadas, muchas de ellas repetidas veces, llegándose a suicidar el 10% de ellas. Durante la guerra se estima que en torno a 2.000.000 de mujeres alemanas fueron agredidas sexualmente.
Niños reclutados para la defensa de Berlin
Periódico americano informando de la muerte de Hitler
Bandera soviética ondeando en las calles de Berlin
Mujer alemana recibiendo instrucción
Civiles reclutados para la batalla
Ultima imagen conocida de Hitler condecorando a unos niños por sus méritos en combate
Keitel firmando la rendición alemana
miércoles, 1 de mayo de 2013
Portadas con historia
Uno de los episodios más citados de la Segunda Guerra Mundial es la muerte de Adolf Hitler el 30 de abril de 1945. Según la historia oficial, Hitler se habría suicidado junto con su esposa, Eva Braun, al llegarle las noticias de que los soviéticos estaban a metros del búnker en el que se refugiaba tras el incesante avance de los Aliados.
En abril de 1945, Hitler se trasladó al Führerbunker debajo de la Cancillería de Berlín, un complejo subterráneo de dos pisos y unas treinta habitaciones. Desde entonces, comenzó a recibir información de la derrota de sus generales, culpándolos de mentirosos, cobardes y traicioneros.
A medida que las noticias del derrumbamiento nazi llegaban al búnker, se dice que Hitler comenzó a desarrollar una aguda paranoia e histeria, mientras quemaba documentos y se preparaba para el final.
Se le dio permiso al personal para abandonar el refugio, la mayoría lo hizo, pero junto a Hitler quedaron algunos miembros del personal, Eva Braun, Joseph Goebbels junto a su familia entera, militares de la SS, Martin Bormann, y dos de las secretarias personales de Hitler.
El 28 de abril, tras las deserciones de Himmler y Göring, Hitler hizo redactar su testamento personal y político, dejando las últimas indicaciones y acusando a los judíos de todo lo ocasionado por última vez en su vida.
Antes de la medianoche, se casó con Eva Braun, en una ceremonia civil perpetuada a último momento dentro del búnker.
El 29 de abril, los rusos se encontraban a una milla de distancia del búnker, y la noticia de la ejecución de su aliado Mussolini en Italia llegó a oídos del Führer. Decidido ya quitarse la vida, dio las pastillas de cianuro que poseía primero a su perro Blondi, al que asesinó por envenenamiento. Después repartió pastillas a sus secretarias, para que hicieran lo mismo.
El 30 de abril de 1945, luego de un frugal almuerzo, Hitler y Eva Braun saludaron por última vez a Bormann, Goebbels, y otros militares que permanecían en búnker. Se retiraron a su habitación y se suicidaron.
A las 3:30 Bormann y Goebbels encontraron el cuerpo de Hitler cubierto de sangre en el sofá, producto del disparo de su escopeta, mientras que Eva Braun yacía muerta por envenenamiento.
En abril de 1945, Hitler se trasladó al Führerbunker debajo de la Cancillería de Berlín, un complejo subterráneo de dos pisos y unas treinta habitaciones. Desde entonces, comenzó a recibir información de la derrota de sus generales, culpándolos de mentirosos, cobardes y traicioneros.
A medida que las noticias del derrumbamiento nazi llegaban al búnker, se dice que Hitler comenzó a desarrollar una aguda paranoia e histeria, mientras quemaba documentos y se preparaba para el final.
Se le dio permiso al personal para abandonar el refugio, la mayoría lo hizo, pero junto a Hitler quedaron algunos miembros del personal, Eva Braun, Joseph Goebbels junto a su familia entera, militares de la SS, Martin Bormann, y dos de las secretarias personales de Hitler.
El 28 de abril, tras las deserciones de Himmler y Göring, Hitler hizo redactar su testamento personal y político, dejando las últimas indicaciones y acusando a los judíos de todo lo ocasionado por última vez en su vida.
Antes de la medianoche, se casó con Eva Braun, en una ceremonia civil perpetuada a último momento dentro del búnker.
El 29 de abril, los rusos se encontraban a una milla de distancia del búnker, y la noticia de la ejecución de su aliado Mussolini en Italia llegó a oídos del Führer. Decidido ya quitarse la vida, dio las pastillas de cianuro que poseía primero a su perro Blondi, al que asesinó por envenenamiento. Después repartió pastillas a sus secretarias, para que hicieran lo mismo.
El 30 de abril de 1945, luego de un frugal almuerzo, Hitler y Eva Braun saludaron por última vez a Bormann, Goebbels, y otros militares que permanecían en búnker. Se retiraron a su habitación y se suicidaron.
A las 3:30 Bormann y Goebbels encontraron el cuerpo de Hitler cubierto de sangre en el sofá, producto del disparo de su escopeta, mientras que Eva Braun yacía muerta por envenenamiento.
sábado, 20 de abril de 2013
La Wermacht y la 'revuelta silenciosa' danesa
El 9 de Abril de 1940, las fuerzas alemanas entran en Dinamarca y la invaden sin tener casi oposición por parte del ejército ni de la población civil. Fue una operación relativamente rápida que no supuso graves contratiempos para el ejército alemán. En ese momento se inicia una revuelta silenciosa que se organiza en forma de resistencia y que intenta luchar contra el invasor de diversas formas.
Una de las más curiosas fue la de ignorar por completo a los soldados alemanes. Se propusieron darles el mismo trato que si fueran fantasmas: Simulaban no verles, no les hablaban…etc. para mostrar así su rechazo hacia ellos. Un buen día, un soldado que hacía guardia en una garita que le cubría de cintura para abajo, advirtió que la gente que pasaba por delante de él sonreía. No era un saludo amistoso, sino el hecho que alguien había colocado un letrero donde se podía leer : “No llevo pantalones”.
Fuente:
jueves, 18 de abril de 2013
Operación Weserübung: cae Dinamarca
La toma de Dinamarca estaba planificada dentro de la Operación Weserübung, en la que se pretendia tomar Noruega y Dinamarca.Esta operacion se iniciaria el 1 de marzo por orden de Hitler, pero será ejecutada el 9 de abril cuando los alemanes cruzaron la frontera danesa violando su neutralidad. La invasion de Dinamarca, fue motivada porquwe desde ella se podia invadir también Noruega y utilizarla como base para sus ataques aereos sobre Inglaterra y asegurar el suministro de hierro con Suecia.
Desde el 4 de abril había sospechas de que iba a haber una invasion sobre Dinamarca pero el gobierno no quiso movilizar sus tropas para que los alemanes no tomaran represalias.Un oficial aleman que era anti-nazi perteneciente al OKW, informó a los paises afectados, pero estos no hizieron caso. El 8 de abril los barcos alemanes empiezan a cruzar las aguas danesas. A las 4 de la madrugada del dia 9 el embajador alemán en Dinamarca, Renthe-Fink llamó al Ministro de Relaciones Exteriores danés Munch y pidió una entrevista urgente. Cuando se reunieron, veinte minutos después se le notificó a Munch que en aquel momento las tropas alemanas estaban entrando a su país. Se le dijo que se había hecho esto para proteger a Dinamarca de una invasión anglo-francesa y se le exigió que no ofrecieran resistencia y que se abriera el dialogo a las autoridades alemanas, amenazando con que de lo contrario se bombardearía Copenhague.
El General de Infantería Nikolaus von Falkenhorst estaba al mando de la 170ª y la 198ª Divisiones de Infantería alemanas. Se planeó que la 198ª División ocuparía Selandia y las islas del sur, así como Copenhague, al mismo tiempo que paracaidistas tomarían la fortaleza de Masnesø y un puente cercano. Por su parte la 170ª División y dos compañías Panzer, con 36 carros en total, atravesarían de sur a norte la costa este de Jutland. Otros cuerpos avanzarían de forma paralela por la costa norte de Jutland para asistir a los paracaidistas que estarían ocupando los aeropuertos. Como apoyo, avanzarían unos 70 Panzer, varios batallones de ametralladoras, artillería pesada y baterías antiaéreas, además de tres trenes blindados. La Luftwaffe proveió 10 escuadrones de cazas y 10 escuadrones de bombarderos, totalizando 250 aparatos.
Invasion por aire:
A las 05:25 cazas alemanes ya habían llegado al aeródromo de Værløse, donde estaba toda la fuerza aérea danesa, que no era mucha. En ese momento los aviones estaban calentando, por lo que en cuestión de minutos se pudo neutralizar a toda la fuerza aérea de Dinamarca
A las 6:15 de la mañana del 9 de Abril de 1940, nueve Junkers 52 sobrevolaban el fortín costero danés de la isla de Masnedö.
Unas figuras diminutas empezaron a caer de los aviones, segundos después, 100 paracaidas se abrían contra el plateado cielo del amanecer. Noventa y seis paracaidistas alemanes descendían flotando junto con una serie de cajas de metal con armas y munición extra. Así empezaba la primera operación de combate con paracaidas de la historia. Los centinelas del fortín se encontraron con pistolas alemanas apuntándoles la cabeza antes de que pudieran caer en la cuenta de que estaban en guerra. El resto de la guarnición del fuerte, sorprendido en pleno sueño, se rindió sin oponer resistencia.En un solo golpe y sin derramamiento de sangre, los alemanes se habían hecho con uno de los enlaces más importantes del reino danés. En una segunda operación aerotransportada en la misma mañana, un pelotón de paracaidistas de la Luftwaffe capturó dos bases aéreas estratégicas cerca de Aalborg, en la península danesa de Jutlandia. Una vez más la resistencia fue escasa. Pero antes de que esta desigual batalla se prolongase, varias formaciones de bombarderos Heinkel 111 y Dornier 17 pasaron rugiendo sobre la ciudad. No lanzaron ni una sola bomba, pero la clara conclusión de que la Luftwaffe podía fácilmente convertir a la hermosa Copenhague en otra Varsovia convenció al Rey de que la resistencia era inútil.
Fuentes : wikipedia, exordio, el gran capitan, mundoSGM.
Desde el 4 de abril había sospechas de que iba a haber una invasion sobre Dinamarca pero el gobierno no quiso movilizar sus tropas para que los alemanes no tomaran represalias.Un oficial aleman que era anti-nazi perteneciente al OKW, informó a los paises afectados, pero estos no hizieron caso. El 8 de abril los barcos alemanes empiezan a cruzar las aguas danesas. A las 4 de la madrugada del dia 9 el embajador alemán en Dinamarca, Renthe-Fink llamó al Ministro de Relaciones Exteriores danés Munch y pidió una entrevista urgente. Cuando se reunieron, veinte minutos después se le notificó a Munch que en aquel momento las tropas alemanas estaban entrando a su país. Se le dijo que se había hecho esto para proteger a Dinamarca de una invasión anglo-francesa y se le exigió que no ofrecieran resistencia y que se abriera el dialogo a las autoridades alemanas, amenazando con que de lo contrario se bombardearía Copenhague.
El General de Infantería Nikolaus von Falkenhorst estaba al mando de la 170ª y la 198ª Divisiones de Infantería alemanas. Se planeó que la 198ª División ocuparía Selandia y las islas del sur, así como Copenhague, al mismo tiempo que paracaidistas tomarían la fortaleza de Masnesø y un puente cercano. Por su parte la 170ª División y dos compañías Panzer, con 36 carros en total, atravesarían de sur a norte la costa este de Jutland. Otros cuerpos avanzarían de forma paralela por la costa norte de Jutland para asistir a los paracaidistas que estarían ocupando los aeropuertos. Como apoyo, avanzarían unos 70 Panzer, varios batallones de ametralladoras, artillería pesada y baterías antiaéreas, además de tres trenes blindados. La Luftwaffe proveió 10 escuadrones de cazas y 10 escuadrones de bombarderos, totalizando 250 aparatos.
Invasion por aire:
A las 05:25 cazas alemanes ya habían llegado al aeródromo de Værløse, donde estaba toda la fuerza aérea danesa, que no era mucha. En ese momento los aviones estaban calentando, por lo que en cuestión de minutos se pudo neutralizar a toda la fuerza aérea de Dinamarca
A las 6:15 de la mañana del 9 de Abril de 1940, nueve Junkers 52 sobrevolaban el fortín costero danés de la isla de Masnedö.
Unas figuras diminutas empezaron a caer de los aviones, segundos después, 100 paracaidas se abrían contra el plateado cielo del amanecer. Noventa y seis paracaidistas alemanes descendían flotando junto con una serie de cajas de metal con armas y munición extra. Así empezaba la primera operación de combate con paracaidas de la historia. Los centinelas del fortín se encontraron con pistolas alemanas apuntándoles la cabeza antes de que pudieran caer en la cuenta de que estaban en guerra. El resto de la guarnición del fuerte, sorprendido en pleno sueño, se rindió sin oponer resistencia.En un solo golpe y sin derramamiento de sangre, los alemanes se habían hecho con uno de los enlaces más importantes del reino danés. En una segunda operación aerotransportada en la misma mañana, un pelotón de paracaidistas de la Luftwaffe capturó dos bases aéreas estratégicas cerca de Aalborg, en la península danesa de Jutlandia. Una vez más la resistencia fue escasa. Pero antes de que esta desigual batalla se prolongase, varias formaciones de bombarderos Heinkel 111 y Dornier 17 pasaron rugiendo sobre la ciudad. No lanzaron ni una sola bomba, pero la clara conclusión de que la Luftwaffe podía fácilmente convertir a la hermosa Copenhague en otra Varsovia convenció al Rey de que la resistencia era inútil.
Fuentes : wikipedia, exordio, el gran capitan, mundoSGM.
sábado, 13 de abril de 2013
El mapa del horro nazi se agranda
Existen los grandes e infames nombres que siempre conformaron la cartografía del horror: Auschwitz, Dachau, Treblinka, Varsovia. Y luego viene el vasto e interminable universo de grandes, medianos o pequeños campos de concentración y guetos que formaron el corazón del régimen nazi. Ahora, un estudio elaborado por investigadores del Museo del Holocausto de Estados Unidos en Washington ha cifrado en 42.500 los centros de la tortura, el sufrimiento y la muerte pensados y puestos en marcha por los nazis.
El total es tan inmensamente superior al que se creía hasta ahora que puede que la historia del Holocausto esté a punto de ser reescrita. De hecho, el hallazgo realizado por Geoffrey Megargee y Martin Dean —principales responsables del proyecto— es de tal envergadura en los números que aporta que ha caído como una auténtica bomba entre los especialistas del horror nazi y la solución final.
Según Megargee y Dean, entre 15 y 20 millones de personas murieron o fueron prisioneras en algunas de las instalaciones que el régimen nazi creó en Alemania o en sus países ocupados desde Francia a Rumanía, y que ahora se identifican en una gran enciclopedia cuyo último volumen está previsto que vea la luz en 2025. Los lugares ahora documentados no solo incluyen centros de la muerte, sino también 30.000 campos de trabajo forzado, 1.150 guetos judíos, 980 campos de concentración, 1.000 campos de prisioneros de guerra, 500 burdeles repletos de esclavas sexuales para los militares alemanes y miles de otros campos cuyo uso era practicar la eutanasia en los ancianos y enfermos, practicar abortos y germanizar a los prisioneros.
Hartmut Berghoff, director del Instituto Histórico Alemán en Washington, explica que cuando el Museo del Holocausto comenzó esta meticulosa investigación, “se creía que el número de campos y guetos estaba en los 7.000”. Partes enteras de la Europa en guerra se convirtieron en agujeros negros de muerte, tortura y esclavismo con la creación de campos y guetos durante el reinado de brutalidad de Hitler entre 1933 y 1945. “Ahora sabemos cómo de densa fue esa red, a pesar de que muchos campos fueran pequeños y tuvieran una vida corta”, explica.
Partes enteras de la Europa en guerra se convirtieron en agujeros negros de muerte, tortura y esclavismo con la creación de campos y guetos durante el reinado de brutalidad de Hitler entre 1933 y 1945.
En un principio, los campos se construyeron para encerrar a los oponentes políticos del régimen, pero a medida que el nazismo se extendía como un cáncer por Europa, no solo se dio caza a los judíos sino también a gitanos, homosexuales, polacos, rusos, comunistas, republicanos españoles… Dependiendo de las necesidades de los nazis, los campos y los guetos variaban de tamaño y de organización, concluye el estudio.
El mayor gueto de triste fama es el de Varsovia, que durante su mayor ocupación albergó a 500.000 personas. El campo más pequeño identificado ahora por los investigadores del Museo del Holocausto tenía a una docena de personas realizando trabajos forzados en München-Schwabing (Alemania).
La investigación se ha alargado 13 años, a lo largo de los cuales las cifras del horror fueron creciendo sin parar a manos de los especialistas... hasta llegar a esos 42.500. El mapa que dibujan estos números ofrece una fotografía en la que literalmente no se podía ir a ningún lugar de Alemania sin encontrarse con un campo de trabajo o de concentración.
Durante años, muchos investigadores han centrado su trabajo en sacar a la luz a todas las víctimas del Holocausto, que muchos consideraban que era muy superior a la que se cita en los libros de texto. El número de judíos víctimas del nazismo se cifra en seis millones.
La investigación no solo abre la puerta a un nuevo capítulo de lo que la terminología nazi denominó la solución final, sino que posibilitará a los supervivientes del Holocausto presentar demandas o recuperar propiedades que les fueron robadas. Hasta la fecha, muchas peticiones a las compañías de seguro eran rechazadas porque las víctimas decían haber estado en un campo del que no se tenía registro. Eso acaba de cambiar. Aunque en opinión del profesor Berghoff, decir que la historia se va a reescribir sería “una exageración”. “La historia del Holocausto y su dimensión ya se conoce de sobra. Pero estamos sabiendo nuevos detalles, lo que es muy importante y deja los contornos mucho más claros”, apunta.
El trabajo ha recopilado documentación aportada por más de 400 investigadores e incluye también relatos de primera mano de las víctimas que describen con precisión cómo funcionaba el sistema y cuál era su propósito. Para algunos analistas, el hallazgo no solo es una herramienta fundamental para estudiosos y supervivientes sino un argumento más para combatir a los revisionistas y negacionistas del Holocausto.
El caso personal de Henry Greenbaum, superviviente del Holocausto, de 84 años y que vive a las afueras de Washington, queda recogido en la investigación del Museo. Es un claro ejemplo de la amplia variedad de sitios que los nazis utilizaron para aniquilar a los que consideraban enemigos de su doctrina. Greenbaum pasa hoy sus días mostrando el Museo del Holocausto a los visitantes. En su brazo está tatuado el número que el régimen le asignó: A188991. Su primera reclusión fue en el gueto de Starachowice (en su Polonia natal), donde los alemanes le encerraron a él y a su familia junto a otros habitantes judíos en 1940. Greenbaum tenía entonces 12 años.
Su familia fue enviada a morir en el campo de Treblinka, mientras él y su hermana fueron destinados a un campo de trabajos forzados. Su siguiente destino fue Auschwitz, de donde fue sacado para trabajar en una fábrica —también en Polonia— y después enviado a otro campo de trabajo en Flossenbürg, cerca de la frontera checa. Con 17 años, Henry Greenbaum había pasado por cinco encierros distintos e iba camino del sexto campo cuando fue liberado por los soldados norteamericanos en 1945.
Fuentes:
jueves, 11 de abril de 2013
Historia de un niño judío en Auschwitz
La tristeza de esta historia, la del niño judío Richard Frenkel, de poco más de dos años, que fue deportado a Auschwitz completamente solo, no tiene fin. Su breve existencia es un pequeño ejemplo, uno entre millones, de la represión nazi. ABC publicaba ayer los resultados del estudio más amplio hecho sobre el Holocausto, que multiplica por tres las consecuencias de la criminal planificación que provocó entre 15 y 20 millones de víctimas. Los campos, guetos y lugares de detención, tortura y asesinato sumaron más de 42.000, según las nuevas estadísticas documentadas por el Museo Memorial del Holocausto de Washington.
Quien ha rescatado la historia de este niño y su familia del olvido es el Yad Vashem, el Lugar de los Nombres, el museo con una de las más difíciles misiones del mundo: mantener viva la memoria y los nombres de aquellos que el huracán de odio nazi trató de borrar. Richard Frenkel era un niño hermoso, que había nacido en un mundo en guerra, en 1940, de una pareja formada por Nissan Frenkel y Ester Horonczyk. En sus ojos brillaba una esperanza. En la página web de Yad Vashem hay una exposición online que ha reunido todas las pistas y fragmentos que su pequeña y valiosa vida dejó, siguiendo el destino de sus padres.
Vida nueva y truncada en París
La historia arranca en Polonio donde vivían los Horonczyk. A la muerte de la madre de Esther, decidieron probar una nueva vida y viajaron a París, donde fundaron una floreciente sastrería y ampliaron la familia. Sin embargo, allí les atropellaría la guerra. La represión los destrozó más allá de lo que nadie, y mucho menos ellos, hubiera podido imaginar.
De la gran familia Horonczyk, apenas se salvaron unas pocas vidas
Su padre, Nissan, murió junto a dos cuñados en Auschwitz
Solomon sí pudo escapar de Pithiviers, ponerse a salvo en un pequeño pueblo junto a su esposa e hijo y tener, después de la guerra otros dos hijos gemelos. No tuvo la misma suerte Nissan Frankel, el padre de Richard y esposo de Esther, quien vio interrumpida su feliz vida. En cuestión de semanas, Nissan fue deportado a Beaune-la-Rolande y de allí, en junio de 1942 a Auschwitz, donde fue asesinado, junto a dos de sus cuñados que viajaban en el mismo transporte.
La detención de Esther y Richard
Y llegó el día que detuvieron a Esther y a su hijo Richard de tan solo 2 años. Fue el 17 de julio de 1942, y toda la familia lo supo por Fanny Korman, una prima de Richard, de 6 años de edad, que fue corriendo a decirlo a casa de los Horonczyk. El abuelo, Shimon, bajó a la calle, nada más conocer la noticia y suplicó a los policías franceses que le detuviesen a él en lugar de a su nieto. Los agentes le espetaron que esperase unos días, que vendrían a por él. Y así fue. Trasladado a Pithiviers, y luego a Drancy, fue deportado a Sobibor, uno de los campos de la muerte, donde fue asesinado.
No es difícil imaginar la angustia de su madre, obligada a abandonarle
Esther y su hijo estuvieron poco tiempo juntos en Pithiviers. El 7 de agosto, ella fue obligada a subir a un infame vagón con destino al infierno de Auschwitz. No es difícil imaginar su angustia al ser forzada a abandonar a su hijo, con poco más de dos años. Completamente desamparado, Richard compartía su penoso destino con otros 1.800 niños cuyos padres habían salido ya amontonados como ganado en los trenes hacia las cámaras de gas. Asomarnos a la angustia de ese niño, y multiplicarlo por los otros 1.800 infantes que allí esperaban junto a él, hace que nuestra imaginación pise cristales.
Última carta, arrojada desde el tren
El Yad Vashem conserva un trozo de papel que Esther Frenkel alcanzó a arrojar desde el interior del vagón. Una cuartilla amarillenta escrita con lapiz y palabras caóticas, las más angustiosas palabras que una madre haya escrito jamás. Dice así:
Queridos míos: ayer en el último minuto me llamaron para el traslado. Me han subido al tren. Y no sé que ha sido de mi Richard. Él está todavía en Pithiviers. ¡¡¡Salvad a mi niño, a mi bebé inocente!!! Cómo estará llorando. Nuestro sufrimiento no es nada. Salvad a mi Richard, a mi pequeño querido. Yo no puedo escribir. Mi corazón, mi Richard, mi vida, está lejos, y nadie le está protegiendo, a mi pequeño de dos años. ¡Morir, deprisa, oh niño mío! Devolvedme a mi Richard. Esther"
El tiempo debió pasar demasiado lento para el niño
Deprisa el tiempo, demasiado deprisa, consumía su pequeña vida, ahogada en aquel mar violento. El 10 septiembre, unas pocas semanas, nada más, desde su llegada a Drancy, y sin que hubiera podido encontrar a nadie conocido, Richard Frenkel subió al tren que le llevaba a término.
Ya no tuvo ni una oportunidad al llegar a Auschwitz
Presa del terror, desnudo, desorientado, girando en la oscuridad de un odio incomprensible, buscando tal vez calor entre los famélicos cuerpos de cientos de extraños, en el sitio exacto en el que habían caído asesinados su padre, primero, y su madre, después; llegó allí, presa de la misma angustia, una angustia de plomo para un niño tan pequeño, cuando las duchas exhalaron su veneno y se llevaron su vida.
domingo, 7 de abril de 2013
Cita con el cine bélico
"Me encanta el olor del napalm por la mañana (...) Aquella colina olía... a victoria".
Apocalypse Now.
viernes, 5 de abril de 2013
Cuando Etiopía estuvo en guerra con Corea del Norte
El 3 de octubre de 1935, cumpliendo los sueños imperiales de Mussolini, 100.000 soldados italianos iniciaron la invasión de Etiopía desde su colonia de Somalia. Las fuerzas armadas etíopes eran numerosas, pero estaban mal equipadas y desorganizadas. En ocasiones no eran más que grupos armados con lanzas dirigidos por los jefes de los clanes locales. Así que en apenas unos meses el moderno ejército italiano logró acabar con la resistencia etíope y conquistó el país. A comienzos de mayo del año siguiente el general Badoglio entraba en Addis Abeba, la capital, y el emperador Haile Selassie tenía que huir al exilio.
La Sociedad de Naciones condenó la agresión y decretó un embargo económico contra Italia, pero, al no afectar a las materias primas necesarias para continuar la guerra, las sanciones no tuvieron ningún efecto. En realidad las dos potencias más influyentes en la Sociedad de Naciones, Gran Bretaña y Francia, estaban más interesadas en evitar conflictos con Italia que en defender de la agresión a otro Estado miembro como era Etiopía. El 30 de junio de 1936, el emperador exiliado llegó a la sede de la Sociedad de Naciones en Ginebra para dar un discurso en el que pretendía denunciar la agresión italiana y la política de apaciguamiento que la permitía. Su intervención fue saboteada por fascistas llegados desde Italia, y el emperador tuvo que abandonar el edificio sin poder dirigirse a la asamblea ante los abucheos de los partidarios de Mussolini. Haile Selassie mostró su ira contra la comunidad internacional y el organismo que teóricamente la representaba con una declaración que resultaría profética: "Hoy nos sucedió a nosotros. A ustedes mañana".
Solo quince años después, el mundo había cambiado radicalmente. La política de apaciguamiento con la que las grandes potencias habían tratado de evitar el enfrentamiento con Hitler y Mussolini resultó un fracaso que condujo a una guerra mundial. Del conflicto había salido un mundo dividido en dos bloques liderados por las dos nuevas superpotencias, Estados Unidos y la Unión Soviética. La Sociedad de Naciones había sido sustituida por la Organización de las Naciones Unidas, nacida con la misma pretensión que aquella de ser el instrumento que sirviese para evitar conflictos entre estados y mantener la paz mundial.
Entonces se produjo una de las primeras y más graves crisis que pusieron a prueba a la ONU durante la guerra fría. En junio de 1950 el ejército de Corea del Norte cruzó el paralelo 38, la frontera con Corea del Sur, comenzando una invasión que muchos creyeron que era solo el primer paso de una ofensiva general de los países comunistas contra Occidente. Las Naciones Unidas aprobaron la formación de una fuerza militar liderada por Estados Unidos para acudir en ayuda de Corea del Sur (con un régimen militar aliado de los norteamericanos) y expulsar del país a los invasores del Norte y su aliado, la República Popular de China. El emperador Haile Selassie, que tras la guerra mundial había recuperado su trono, vio la oportunidad de dejar en evidencia el comportamiento de la comunidad internacional que quince años antes había abandonado a su país. Para demostrar al mundo que sus críticas eran sinceras y que estaba dispuesto a predicar con el ejemplo, el emperador decidió contribuir a la coalición de las Naciones Unidas con una fuerza militar formada por varios millares de hombres, en una evidente desproporción con la importancia política y económica de su país, y a pesar de que hasta ese momento las relaciones diplomáticas, económicas o de cualquier tipo entre Etiopía y Corea, y en general entre Etiopía y todo Extremo Oriente, eran prácticamente inexistentes.
La fuerza expedicionaria etíope recibió el nombre de Batallón Kagnew (en realidad fueron tres batallones de algo más de un millar de hombres cada uno, que fueron enviados sucesivamente entre 1951 y 1953). "Kagnew" era el nombre del caballo de batalla del Ras Makonnen, el padre del emperador Haile Selassie. El batallón estaba formado íntegramente por oficiales y soldados de la 1ª División de la Guardia Imperial. Esta división estaba considerada una unidad de élite, aunque no era más que una de las cuatro divisiones que componían las modestas Fuerzas Armadas regulares del Imperio, en concreto la encargada de la defensa de Eritrea y el norte del país. Las tropas seleccionadas recibieron un entrenamiento intensivo en las montañas de Etiopía para aclimatarse al frío antes de partir hacia Corea.
En Corea los Kagnews fueron integrados en la 7ª División de Infantería de los Estados Unidos. Pese a que no era un contingente muy numeroso en comparación con los de otros países, los etíopes pronto se hicieron destacar entre sus aliados. En eso seguro que influyó el hecho de que hasta entonces la inmensa mayoría de los coreanos nunca habían visto a un hombre de raza negra, pero por lo que realmente se distinguieron fue por su comportamiento en combate. Los soldados etíopes habían recibido una consigna muy sencilla: “Nunca permitan que les capturen en el campo de batalla”. Y la cumplieron a rajatabla. El Batallón Kagnew fue el único contingente militar que acabó la guerra sin que ninguno de sus hombres hubiese sido hecho prisionero. Otra cosa que les hizo famosos fue la costumbre que tenían de llevarse a sus muertos con ellos. Nunca los abandonaban en el campo de batalla. Además de una muestra de respeto hacia sus compañeros caídos, era una forma de guerra psicológica, ya que esperaban que, al no encontrar ningún cadáver, sus enemigos acabasen creyendo que los etíopes eran poco menos que inmortales. En aquella época era una práctica inusual que impresionó a sus aliados estadounidenses. De hecho, poco después empezaron a copiarles y hoy es una de las señas de identidad de algunas unidades como los Marines.
Soldados del Batallón Kagnew en Corea:
Por aquel entonces en las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos aún se estaban dando los primeros pasos para acabar con la segregación racial, pero el batallón de etíopes no tuvo ningún problema en ese sentido. Los Kagnews se ganaron en el campo de batalla el respeto de los norteamericanos, como prueban las numerosas condecoraciones estadounidenses que les fueron otorgadas, entre ellas dieciocho Estrellas de Bronce y una Estrella de Plata. Esta última fue para Mamo Habtewold, un joven teniente que había llegado a Corea en el tercer reemplazo del Batallón Kagnew. Mamo también fue nombrado “Caballero de la Orden del Emperador Menelik”, la más alta distinción de Etiopía..
Una noche de mayo de 1953 una pequeña patrulla de reconocimiento de quince hombres (catorce etíopes y un cabo estadounidense) conducida por el teniente Habtewold fue sorprendida por un ataque chino. Los Kagnews lograron rechazar a los atacantes, pero cuando los chinos se retiraron cuatro de los hombres habían muerto, entre ellos el norteamericano, y todos los demás estaban heridos. Su situación era desesperada. Estaban incomunicados y rodeados, y Mamo era el único en condiciones de seguir combatiendo. Los ataques chinos continuaron de forma intermitente durante toda la noche.
“Trataron de tomar prisionero a mi operador de radio, pero maté al soldado chino y salvé a ese hombre. Una vez vinieron a rematarnos cuando todos estábamos heridos, lancé una granada de mano y los maté. Fue muy duro (…) Fui herido varias veces. Yo estaba cansado, agotado, y caí inconsciente en dos ocasiones. Lo más importante era encontrar una radio para comunicarme con la artillería americana. Pero nuestras tres radios habían sido destruidas. Di mi pistola a un soldado para que me cubriese mientras yo iba en busca de una radio. Me desmayé de nuevo. Tenía miedo de ser capturado, quería matarme. Pero cuando ordené al soldado que me devolviera mi pistola, él se negó, y los otros soldados, dijeron: ‘¡No se la des!‘”.
Al fin Mamo logró encontrar una radio y pudo solicitar refuerzos y apoyo artillero para detener los ataques chinos. Cuando llegaron las tropas estadounidenses, Mamo y sus hombres fueron evacuados. Él era el único que se mantenía en pie:
”Todos se fueron al hospital, yo fui el único que regresé al bunker. Es como un hombre que vive con su familia, toda la familia ha muerto y regresa a una casa vacía. Así es como me sentía. Estaba tan apesadumbrado... Estaba muy deprimido”.
Entre junio de 1951 y abril de 1954 un total de 3.158 etíopes sirvieron en Corea durante la guerra, sufriendo 121 bajas mortales y 536 heridos. Cuando regresaron a Etiopía, llevando de vuelta a sus muertos, los soldados del Batallón Kagnew fueron recibidos como héroes. Una multitud salió a recibirles por las calles de Addis Abeba.
Fuentes principales:
http://en.wikipedia.org/wiki/Kagnew_Battalion
http://www.theworld.org/2012/09/ethiopias-korean-war-hero/
http://nonsei2gm.blogspot.com.es/2013/04/cuando-etiopia-estuvo-en-guerra-con.html
La Sociedad de Naciones condenó la agresión y decretó un embargo económico contra Italia, pero, al no afectar a las materias primas necesarias para continuar la guerra, las sanciones no tuvieron ningún efecto. En realidad las dos potencias más influyentes en la Sociedad de Naciones, Gran Bretaña y Francia, estaban más interesadas en evitar conflictos con Italia que en defender de la agresión a otro Estado miembro como era Etiopía. El 30 de junio de 1936, el emperador exiliado llegó a la sede de la Sociedad de Naciones en Ginebra para dar un discurso en el que pretendía denunciar la agresión italiana y la política de apaciguamiento que la permitía. Su intervención fue saboteada por fascistas llegados desde Italia, y el emperador tuvo que abandonar el edificio sin poder dirigirse a la asamblea ante los abucheos de los partidarios de Mussolini. Haile Selassie mostró su ira contra la comunidad internacional y el organismo que teóricamente la representaba con una declaración que resultaría profética: "Hoy nos sucedió a nosotros. A ustedes mañana".
Solo quince años después, el mundo había cambiado radicalmente. La política de apaciguamiento con la que las grandes potencias habían tratado de evitar el enfrentamiento con Hitler y Mussolini resultó un fracaso que condujo a una guerra mundial. Del conflicto había salido un mundo dividido en dos bloques liderados por las dos nuevas superpotencias, Estados Unidos y la Unión Soviética. La Sociedad de Naciones había sido sustituida por la Organización de las Naciones Unidas, nacida con la misma pretensión que aquella de ser el instrumento que sirviese para evitar conflictos entre estados y mantener la paz mundial.
Entonces se produjo una de las primeras y más graves crisis que pusieron a prueba a la ONU durante la guerra fría. En junio de 1950 el ejército de Corea del Norte cruzó el paralelo 38, la frontera con Corea del Sur, comenzando una invasión que muchos creyeron que era solo el primer paso de una ofensiva general de los países comunistas contra Occidente. Las Naciones Unidas aprobaron la formación de una fuerza militar liderada por Estados Unidos para acudir en ayuda de Corea del Sur (con un régimen militar aliado de los norteamericanos) y expulsar del país a los invasores del Norte y su aliado, la República Popular de China. El emperador Haile Selassie, que tras la guerra mundial había recuperado su trono, vio la oportunidad de dejar en evidencia el comportamiento de la comunidad internacional que quince años antes había abandonado a su país. Para demostrar al mundo que sus críticas eran sinceras y que estaba dispuesto a predicar con el ejemplo, el emperador decidió contribuir a la coalición de las Naciones Unidas con una fuerza militar formada por varios millares de hombres, en una evidente desproporción con la importancia política y económica de su país, y a pesar de que hasta ese momento las relaciones diplomáticas, económicas o de cualquier tipo entre Etiopía y Corea, y en general entre Etiopía y todo Extremo Oriente, eran prácticamente inexistentes.
La fuerza expedicionaria etíope recibió el nombre de Batallón Kagnew (en realidad fueron tres batallones de algo más de un millar de hombres cada uno, que fueron enviados sucesivamente entre 1951 y 1953). "Kagnew" era el nombre del caballo de batalla del Ras Makonnen, el padre del emperador Haile Selassie. El batallón estaba formado íntegramente por oficiales y soldados de la 1ª División de la Guardia Imperial. Esta división estaba considerada una unidad de élite, aunque no era más que una de las cuatro divisiones que componían las modestas Fuerzas Armadas regulares del Imperio, en concreto la encargada de la defensa de Eritrea y el norte del país. Las tropas seleccionadas recibieron un entrenamiento intensivo en las montañas de Etiopía para aclimatarse al frío antes de partir hacia Corea.
En Corea los Kagnews fueron integrados en la 7ª División de Infantería de los Estados Unidos. Pese a que no era un contingente muy numeroso en comparación con los de otros países, los etíopes pronto se hicieron destacar entre sus aliados. En eso seguro que influyó el hecho de que hasta entonces la inmensa mayoría de los coreanos nunca habían visto a un hombre de raza negra, pero por lo que realmente se distinguieron fue por su comportamiento en combate. Los soldados etíopes habían recibido una consigna muy sencilla: “Nunca permitan que les capturen en el campo de batalla”. Y la cumplieron a rajatabla. El Batallón Kagnew fue el único contingente militar que acabó la guerra sin que ninguno de sus hombres hubiese sido hecho prisionero. Otra cosa que les hizo famosos fue la costumbre que tenían de llevarse a sus muertos con ellos. Nunca los abandonaban en el campo de batalla. Además de una muestra de respeto hacia sus compañeros caídos, era una forma de guerra psicológica, ya que esperaban que, al no encontrar ningún cadáver, sus enemigos acabasen creyendo que los etíopes eran poco menos que inmortales. En aquella época era una práctica inusual que impresionó a sus aliados estadounidenses. De hecho, poco después empezaron a copiarles y hoy es una de las señas de identidad de algunas unidades como los Marines.
Soldados del Batallón Kagnew en Corea:
Por aquel entonces en las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos aún se estaban dando los primeros pasos para acabar con la segregación racial, pero el batallón de etíopes no tuvo ningún problema en ese sentido. Los Kagnews se ganaron en el campo de batalla el respeto de los norteamericanos, como prueban las numerosas condecoraciones estadounidenses que les fueron otorgadas, entre ellas dieciocho Estrellas de Bronce y una Estrella de Plata. Esta última fue para Mamo Habtewold, un joven teniente que había llegado a Corea en el tercer reemplazo del Batallón Kagnew. Mamo también fue nombrado “Caballero de la Orden del Emperador Menelik”, la más alta distinción de Etiopía..
Una noche de mayo de 1953 una pequeña patrulla de reconocimiento de quince hombres (catorce etíopes y un cabo estadounidense) conducida por el teniente Habtewold fue sorprendida por un ataque chino. Los Kagnews lograron rechazar a los atacantes, pero cuando los chinos se retiraron cuatro de los hombres habían muerto, entre ellos el norteamericano, y todos los demás estaban heridos. Su situación era desesperada. Estaban incomunicados y rodeados, y Mamo era el único en condiciones de seguir combatiendo. Los ataques chinos continuaron de forma intermitente durante toda la noche.
“Trataron de tomar prisionero a mi operador de radio, pero maté al soldado chino y salvé a ese hombre. Una vez vinieron a rematarnos cuando todos estábamos heridos, lancé una granada de mano y los maté. Fue muy duro (…) Fui herido varias veces. Yo estaba cansado, agotado, y caí inconsciente en dos ocasiones. Lo más importante era encontrar una radio para comunicarme con la artillería americana. Pero nuestras tres radios habían sido destruidas. Di mi pistola a un soldado para que me cubriese mientras yo iba en busca de una radio. Me desmayé de nuevo. Tenía miedo de ser capturado, quería matarme. Pero cuando ordené al soldado que me devolviera mi pistola, él se negó, y los otros soldados, dijeron: ‘¡No se la des!‘”.
Al fin Mamo logró encontrar una radio y pudo solicitar refuerzos y apoyo artillero para detener los ataques chinos. Cuando llegaron las tropas estadounidenses, Mamo y sus hombres fueron evacuados. Él era el único que se mantenía en pie:
”Todos se fueron al hospital, yo fui el único que regresé al bunker. Es como un hombre que vive con su familia, toda la familia ha muerto y regresa a una casa vacía. Así es como me sentía. Estaba tan apesadumbrado... Estaba muy deprimido”.
Entre junio de 1951 y abril de 1954 un total de 3.158 etíopes sirvieron en Corea durante la guerra, sufriendo 121 bajas mortales y 536 heridos. Cuando regresaron a Etiopía, llevando de vuelta a sus muertos, los soldados del Batallón Kagnew fueron recibidos como héroes. Una multitud salió a recibirles por las calles de Addis Abeba.
Fuentes principales:
http://en.wikipedia.org/wiki/Kagnew_Battalion
http://www.theworld.org/2012/09/ethiopias-korean-war-hero/
http://nonsei2gm.blogspot.com.es/2013/04/cuando-etiopia-estuvo-en-guerra-con.html
jueves, 4 de abril de 2013
Héroes veteranos de guerra británicos se ven obligados a vender sus medallas
Las dificultades económicas obligan a algunos veteranos británicos a vender sus condecoraciones para sobrevivir.
El piloto Branse Burbridge defendió el Reino Unido contra el nazismo durante la Segunda Guerra Mundial. A pesar de que al principio de la contienda se declaró objetor de conciencia, terminó convirtiéndose en héroe de guerra y en protagonista de una de las gestas más excepcionales del conflicto cuando en una sola de sus misiones nocturnas derribó a cuatro aviones alemanes.
Cuentan que Burbridge nunca apuntaba a la cabina de los aviones, solo a los motores, esperando que así se salvara el piloto, y le tranquilizaba ver que se abría el paracaídas del piloto enemigo.
Ahora tiene 92 años, sufre alzhéimer y vive en una residencia para ancianos. Para pagar su estancia allí su familia se vio obligada a subastar algunas de sus pertenencias: la cazadora, el diario de vuelo e incluso las medallas.
Sarah Christine, hija de Branse Burbridge: “Le dije: 'Mira, papá, son tus medallas y queremos venderlas'. Él sonrió, y en su sonrisa se veía que las reconocía como suyas. Estoy segura de que entendía lo que pasaba.”
La familia espera conseguir más de 100.000 libras por las medallas y con ese dinero poder pagar el asilo, que cuesta casi 50.000 libras al año. Por una parte es una opción que puede ayudar a la familia, pero por otra pone en evidencia que los recuerdos tienen un precio.
Ann-Mari Freebairn, del Fondo de Previsión para la Real Fuerza Aérea (RAF Benevolent Funds): “Anualmente nos contactan cientos de ciudadanos, veteranos y personas que dependen de estos, que necesitan ayuda. Como la población envejece, no parece que el número de los que reciben nuestra ayuda vaya a reducirse en un futuro próximo.” El creciente número de conflictos en los que se ha visto involucrado el Reino Unido tampoco permite ser muy optimista respecto a una disminución del número de veteranos.
A los políticos les gusta conmemorar las gestas bélicas, pero en cambio olvidan a aquellos que las protagonizaron. Los veteranos de guerra británicos libran hoy en día una nueva lucha. Y al parecer esta no difiere mucho de la que se llevaba a cabo en los campos de batalla de los años 40. Hoy, como en aquella época, luchan para sobrevivir. Pero ahora no tienen más remedio que vender sus pertenencias y todo aquello por lo que lucharon y dedicaron sus vidas.
Cuentan que Burbridge nunca apuntaba a la cabina de los aviones, solo a los motores, esperando que así se salvara el piloto, y le tranquilizaba ver que se abría el paracaídas del piloto enemigo.
Ahora tiene 92 años, sufre alzhéimer y vive en una residencia para ancianos. Para pagar su estancia allí su familia se vio obligada a subastar algunas de sus pertenencias: la cazadora, el diario de vuelo e incluso las medallas.
Sarah Christine, hija de Branse Burbridge: “Le dije: 'Mira, papá, son tus medallas y queremos venderlas'. Él sonrió, y en su sonrisa se veía que las reconocía como suyas. Estoy segura de que entendía lo que pasaba.”
La familia espera conseguir más de 100.000 libras por las medallas y con ese dinero poder pagar el asilo, que cuesta casi 50.000 libras al año. Por una parte es una opción que puede ayudar a la familia, pero por otra pone en evidencia que los recuerdos tienen un precio.
“Una de cada diez personas sin hogar es ex militar”
No es un caso único: a esta medida se ven obligados a recurrir los allegados de muchos veteranos. Aunque es cierto que estos reciben una pensión libre de impuestos, la vida es tan cara que esa asignación a veces no alcanza ni para pagar la calefacción o la comida. Incluso se estima que una de cada diez personas sin hogar es ex militar.Ann-Mari Freebairn, del Fondo de Previsión para la Real Fuerza Aérea (RAF Benevolent Funds): “Anualmente nos contactan cientos de ciudadanos, veteranos y personas que dependen de estos, que necesitan ayuda. Como la población envejece, no parece que el número de los que reciben nuestra ayuda vaya a reducirse en un futuro próximo.” El creciente número de conflictos en los que se ha visto involucrado el Reino Unido tampoco permite ser muy optimista respecto a una disminución del número de veteranos.
A los políticos les gusta conmemorar las gestas bélicas, pero en cambio olvidan a aquellos que las protagonizaron. Los veteranos de guerra británicos libran hoy en día una nueva lucha. Y al parecer esta no difiere mucho de la que se llevaba a cabo en los campos de batalla de los años 40. Hoy, como en aquella época, luchan para sobrevivir. Pero ahora no tienen más remedio que vender sus pertenencias y todo aquello por lo que lucharon y dedicaron sus vidas.
sábado, 30 de marzo de 2013
El submarino fantasma
El otro navegando por la red encontre una de estas cosas que te siguen dejando perplejo, de esos misterios de la Segunda Guerra Mundial que todavía pueden quedar sin resolver.
No os lo perdáis, merece la pena.
Cita con la historia
"La monarquía degenera en tiranía, la aristocracia en oligarquía y la democracia en violencia y anarquía."
Polibio (Megalópolis, Grecia. n.200 a. C. - 118 a. C.), fue un historiador griego.
Polibio (Megalópolis, Grecia. n.200 a. C. - 118 a. C.), fue un historiador griego.
viernes, 29 de marzo de 2013
Ortona 1943 Navidades Sangrientas
En la línea del Frente Occidental, en Italia, se libró una de las más duras y sangrientas batallas de este Frente de guerra, entre alemanes y canadienses.
Fue la batalla más sangrienta y misteriosa de la II Guerra Mundial en Italia, y se produjo en Ortona, una pequeña localidad costera en la región de los Abruzos, donde los alemanes y los canadienses pelearon literalmente en cada calle, cada casa, e incluso en cada habitación. ¿Por qué todo el mundo quería conquistar Ortona en diciembre de 1943?
jueves, 28 de marzo de 2013
La Batalla del Alamein
"Si existe el infierno, no será muy diferente a aquello", son las palabra de uno de los protagonistas de este magnífico documental. El Alamein, una batalla de infantería y blindados en un mar de arena.
En la Segunda Guerra Mundial se desarrollaron dos batallas entre esta ciudad egipcia y la depresión de Qattara. Los británicos habían concentrado un gran número de tropas a lo largo de los 60 km desde la costa hasta la depresión, con lo que se formó un excelente cuello de botella que evitaba que el Afrika Korps ejerciera su maniobra envolvente favorita.
El general británico Bernard Montgomery se lanzó con la luna llena de octubre de 1942 contra las tropas de Erwin Rommel, que no estaban bien abastecidas. Las líneas de abastecimiento italo-germanas se basaban en una única pista que recorría la costa de Libia y estaba sometida continuamente a bombardeos y sabotajes por los Aliados. Los convoyes italianos, responsables del suministro, debían atravesar el Mediterráneo entre Tarento y la costa de Libia, donde los ingleses los atacaban desde la isla de Malta con escuadras aéreas. A esta isla no se le dio la suficiente importancia estratégica por parte del alto mando alemán, por lo que aunque se intentó capturar repetidas veces (y a punto estuvieron de conseguirlo) no se siguió en el empeño priorizando otros Frentes. Esto tuvo como resultado un muy deficiente abastecimiento humano y material para los alemanes, ya que el dominio quedó en manos aliadas.
Los alemanes contaban como espina dorsal de su ejército con 2 divisiones panzer, una entera y otra diezmada, y 2 divisiones acorazadas italianas, éstas con material ya obsoleto, sin corazas ni potencia de fuego oponibles a los británicos, todas ellas mal abastecidas y con serios problemas de suministro. Los británicos, por su parte, recibían continuos refuerzos de tropas desde Australia y las colonias en Asia.
Rommel intuyó, de forma certera, que el tiempo corría en su contra y decidió atacar primero, siendo detenido por las minas terrestres y la artillería inglesa. Pocos días después los británicos, aprovechando su superioridad numérica y viendo los escasos resultados del ataque de Rommel, lanzaron a sus mejores tropas, curiosamente las tropas del Imperio Británico (australianos y neozelandeses), empezando con un ataque desequilibrador al norte de la línea germana. Rommel intentó con sus reservas detener el impulso inglés, que estaba apoyado por la fuerza aérea del desierto y por un mayor número de blindados. Sin embargo, los regimientos panzer y las unidades de infantería alemanas fueron derrotados por la rapidez y superioridad del ataque de Montgomery. Los alemanes tuvieron que retirarse hacia el oeste para evitar ser aniquilados, dando esta orden Rommel a pesar de no obtener permiso de Hitler. De haber mantenido la posición, todas las unidades del Eje habrían sido destruidas.
El encuentro decisivo fue el 4 de noviembre, cuando los blindados británicos abrieron huecos en las líneas alemanas. Los británicos interceptaron la pista de Rahman y tomaron el cuartel general alemán. Las tropas del Afrika Korps se encontraban desfallecidas por los escasos abastecimientos. Fue la batalla por la que el general Montgomery (Monty) fue ascendido, condecorado y ennoblecido a Primer Vizconde de El Alamein
El general británico Bernard Montgomery se lanzó con la luna llena de octubre de 1942 contra las tropas de Erwin Rommel, que no estaban bien abastecidas. Las líneas de abastecimiento italo-germanas se basaban en una única pista que recorría la costa de Libia y estaba sometida continuamente a bombardeos y sabotajes por los Aliados. Los convoyes italianos, responsables del suministro, debían atravesar el Mediterráneo entre Tarento y la costa de Libia, donde los ingleses los atacaban desde la isla de Malta con escuadras aéreas. A esta isla no se le dio la suficiente importancia estratégica por parte del alto mando alemán, por lo que aunque se intentó capturar repetidas veces (y a punto estuvieron de conseguirlo) no se siguió en el empeño priorizando otros Frentes. Esto tuvo como resultado un muy deficiente abastecimiento humano y material para los alemanes, ya que el dominio quedó en manos aliadas.
Los alemanes contaban como espina dorsal de su ejército con 2 divisiones panzer, una entera y otra diezmada, y 2 divisiones acorazadas italianas, éstas con material ya obsoleto, sin corazas ni potencia de fuego oponibles a los británicos, todas ellas mal abastecidas y con serios problemas de suministro. Los británicos, por su parte, recibían continuos refuerzos de tropas desde Australia y las colonias en Asia.
Rommel intuyó, de forma certera, que el tiempo corría en su contra y decidió atacar primero, siendo detenido por las minas terrestres y la artillería inglesa. Pocos días después los británicos, aprovechando su superioridad numérica y viendo los escasos resultados del ataque de Rommel, lanzaron a sus mejores tropas, curiosamente las tropas del Imperio Británico (australianos y neozelandeses), empezando con un ataque desequilibrador al norte de la línea germana. Rommel intentó con sus reservas detener el impulso inglés, que estaba apoyado por la fuerza aérea del desierto y por un mayor número de blindados. Sin embargo, los regimientos panzer y las unidades de infantería alemanas fueron derrotados por la rapidez y superioridad del ataque de Montgomery. Los alemanes tuvieron que retirarse hacia el oeste para evitar ser aniquilados, dando esta orden Rommel a pesar de no obtener permiso de Hitler. De haber mantenido la posición, todas las unidades del Eje habrían sido destruidas.
El encuentro decisivo fue el 4 de noviembre, cuando los blindados británicos abrieron huecos en las líneas alemanas. Los británicos interceptaron la pista de Rahman y tomaron el cuartel general alemán. Las tropas del Afrika Korps se encontraban desfallecidas por los escasos abastecimientos. Fue la batalla por la que el general Montgomery (Monty) fue ascendido, condecorado y ennoblecido a Primer Vizconde de El Alamein
Suscribirse a:
Entradas (Atom)