El Kursk fue la última nave de la clase de submarinos Oscar-II, que fue diseñada y aprobada por la Unión Soviética. Con sus 155 metros de largo y sus 4 pisos de alto, fue uno de los submarinos de ataque más grande jamás construido. La clase a la que pertenecía este submarino fue calificada como insumergible (si esta palabra tiene aplicación en un submarino), gracias a su doble casco. El casco externo hecho de acero al cromoníquel de 8,5 milímetros de grosor, con una excepcional resistencia a la corrosión.
Formaba parte de la flota naval del norte rusa. La flota había experimentado recortes financieros por la falta de fondos en 1990. Muchos submarinos habían sido traídos desde los muelles en el Mar de Barents y habían sido abandonados para oxidarse. Todos excepto el equipo más esencial de primera línea, incluyendo el equipo de búsqueda y rescate, fueron inadecuadamente inspeccionados. Sin embargo el fin de la década representó el resurgimiento de la flota. En 1999 el Kursk había llevado a cabo una exitosa misión de reconocimiento cuyo principal objetivo era el espionaje a la Sexta Flota de la Marina de los Estados Unidos durante la guerra de Kosovo. El ejercicio de entrenamiento de agosto de 2000, debía ser el ejercicio de entrenamiento más grande de verano desde la disolución de la Unión Soviética diez años antes, involucrando cuatro submarinos de ataque y el buque insignia de la flota Pyotr Velikiy ("Pedro el Grande") entre una flotilla de barcos más pequeños.
[editar] La tragedia
La misión empezó realmente el 12 de agosto de 2000 por la mañana. Como parte del ejercicio, el Kursk tenía que disparar dos torpedos sin explosivo a un crucero de batalla de la clase Kirov. A las 11:28 hora local (7:28 UTC), algo de peróxido de prueba (HTP), una forma muy concentrada de peróxido de hidrógeno usado como propelente para el torpedo, se filtró a través de la herrumbre en la carcasa del torpedo. El HTP reaccionó con cobre y latón en el tubo desde el que se disparó el torpedo, causando una reacción en cadena que ocasionó una explosión.La compuerta estanca que separaba la sala de torpedos del resto del submarino se había dejado abierta antes del disparo. Aparentemente, esta era una práctica común, por causa del exceso de aire comprimido que era expulsado a la sala de torpedos cuando se disparaba un arma. La puerta abierta permitió a la onda expansiva propagarse a través de los dos primeros de los 9 compartimentos en el enorme submarino, probablemente matando 7 hombres en el primer compartimento y al menos hiriendo o desorientando a los 36 hombres del segundo compartimento.
Tras la primera explosión, debido a que el conducto de aire acondicionado era muy ligero, la onda expansiva se propagó a más compartimentos, incluyendo el puesto de mando, llenándolos de humo y llamas. Tras la explosión, se cree que el capitán intentó ordenar un soplado de emergencia, que hace que el submarino ascienda rápidamente a la superficie, pero el humo le venció. La boya de emergencia, diseñada para soltarse del submarino automáticamente cuando se detectan situaciones de emergencia como un cambio brusco de la presión o fuego, y que debía ayudar a los rescatadores a encontrar el submarino siniestrado, no se desplegó. Había resultado que en el verano anterior, en una misión en el Mediterráneo, los temores de que la boya se desplegara revelando por tanto la posición del submarino a la flota estadounidense, llevaron a desactivarla.
Dos minutos y quince segundos después de la explosión inicial, tuvo lugar una explosión mucho más grande. La información sismográfica de las estaciones a lo largo del norte de Europa muestran que la explosión ocurrió a la misma profundidad que el fondo marino, sugiriendo que el submarino había colisionado con el fondo marino, lo que unido a las crecientes temperaturas debidas a la explosión inicial, ocasionaron la explosión de más torpedos. La segunda explosión fue equivalente a entre 5 y 7 toneladas de TNT, o alrededor de media docena de cabezas de torpedos y midió 3,5 en la escala de Richter. Tras la segunda explosión, los reactores nucleares se desactivaron para evitar un desastre nuclear, a pesar de que la onda expansiva fue suficiente para casi destruir los reactores.
La segunda explosión abrió un agujero de 2 m² en el casco del navío, que había sido diseñado para soportar profundidades de 1 kilómetro. La explosión también dejó abiertos el tercer y el cuarto compartimento. El agua entró en estos compartimentos a razón de 90.000 litros por segundo, matando a todos los que se encontraban en su interior, incluyendo 5 oficiales de los cuarteles de la séptima división. El quinto compartimento contenía los reactores nucleares del submarino, protegidos por 13 cm de acero. La mampara del quinto compartimento resistió la explosión, haciendo que las barras de control nucleares se mantuvieran en su lugar evitando un desastre nuclear. Los expertos occidentales han expresado su admiración por el nivel de la ingeniería rusa al crear un submarino que soportó tanto.
[editar] Intentos de rescate
La Armada rusa intentó mantener en secreto inicialmente la tragedia, sin embargo, a medida que pasaban los días, los familiares de los marinos y oficiales del Kursk empezaron a presionar públicamente por la suerte de sus seres queridos y esto llevó finalmente a la Armada a solicitar ayuda extranjera para intentar rescatar a los supervivientes. Ya habían pasado 16 días después de la tragedia. Finalmente se reconoció que en el Kursk había ocurrido una calamidad.Llegaron equipos en gabarras desde Inglaterra y Noruega hacia la zona del desastre. Inicialmente se llegó a pensar que en la zona trasera del submarino podría haber supervivientes, pero al hacer las pruebas en las compuertas, se reveló que su interior estaba inundado.
Pese a intentos de rescate hechos por equipos británicos y noruegos, todos los marineros y oficiales a bordo del Kursk fallecieron. Las primeras investigaciones sugirieron que la mayor parte del equipo habría muerto unos minutos después de la explosión. Sin embargo, otras investigaciones demuestran que muchos supervivientes se refugiaron en la parte trasera del barco 4 horas después del accidente.
Tras reflotar parte de los restos del submarino el 8 de octubre de 2001[1] fueron recuperadas tres notas de los supervivientes, solo dos fueron hechas públicas y no en su totalidad.
Las notas dejadas por los supervivientes de la parte trasera demuestran que al menos 16 de ellos se refugiaron en las partes estancas traseras, pero a medida que el agua subía, un incendio se declaró en el interior y murieron asfixiados. Esto es lo que escribieron ellos en esas notas: “13.15. Todos los tripulantes de los compartimentos sexto, séptimo y octavo pasaron al noveno. Hay 23 personas aquí. Tomamos esta decisión como consecuencia del accidente. Ninguno de nosotros puede subir a la superficie. Escribo a ciegas”. Estos tripulantes habrían logrado sobrevivir hasta 6 días después de la tragedia.
El Kursk fue reflotado por un equipo holandés de la empresa MAMMOET que usó la barcaza Giant4, y 115 de los 118 tripulantes muertos fueron recuperados.
Oficiales rusos negaron rotundamente que el submarino llevara ojivas nucleares.
Cuando el barco fue reflotado en 2001 se temía que, al mover la estructura, ésta explotara debido a los explosivos que aún se encontraban dentro. Los reactores de la nave fueron llevados a la bahía de Sayda, al norte de la península de Kola y desactivados en 2003.[2]
Se erigieron dos monumentos en honor a los marineros muertos en la tragedia: uno en Moscú y otro en la base Vidyaevo.